12/22/2013

| 25 HACIA ATRÁS, 26 HACIA ADELANTE |


Y se cierra el ciclo de los veinticinco, otro año que quiso devastarme, que me tuvo en el suelo, pero a diferencia del año 2009, esta vez no estuve dispuesto a sacrificar mis sueños y mi felicidad por circunstancias que francamente no valían la pena. Uno no se lo debe permitir y yo aprendí mi lección y no cobre mi “vale otro”. Hoy quiero cerrar este año personal agradeciendo, porque fue un año difícil y lo pude sortear con éxito, de manera firme y perseverante, siendo un ser resiliente, creyente y por sobretodo paciente, pero nada, absolutamente nada de esto hubiese sido posible sin las siguientes personas.

 Quiero agradecer primeramente a Dios, por permitirme ser parte de él, por permitirme conocerlo y hacerlo parte de mí y de mi camino. Hace unos meses leí un libro de la iglesia y en un pasaje de este había un fragmento que me llamó mucho la atención, sobre todo porque estaba viviendo un momento emocional difícil. Este fragmento decía que Dios nos entrega tareas para las cuales muchas veces nosotros somos inútiles, que son tareas que nosotros mismos sabemos que fracasaremos, ¿por qué?;  porque cuando nos consideramos inútiles ante una tarea, solo nos queda aferrarnos a él y es entonces cuando nos damos cuenta que solo él hace posible lo imposible. Yo aferré mi vida a él en un momento en que me sentí derrotado y el me entrego bendiciones para entender que debía seguir, que debía luchar, que debía ser fuerte y que de esa forma y junto con él, entender que todo pasa por algo mejor, siempre es asi, pero hay que ser paciente, porque sus tiempos son distintos a los nuestros y su demora solo se debe a su obra, mientras nosotros creemos que nos abandona, él esta trabajando para llevarnos a un camino mejor. Por eso agradezco cada una de las cosas vividas este año, Dios es tremendamente fiel y me siento orgulloso de ser un hijo de él.

Segundo, un agradecimiento infinito a mi familia no solo por este año, si no por toda la vida que han estado conmigo incondicionalmente. Lo que más valoro de mi entorno es que a pesar de todas nuestras diferencias, en aquellos momentos donde todo te abandona, ellos siguen estando sin dudas, sin reproches, por mi familia guardo un tremendo aprecio, pero por sobre todo un tremendo orgullo, porque cada uno a su manera es un ser único al que amo con todo mi corazón y a los cuales miro con una tremenda admiración, por su esfuerzo, empuje y coraje con la que afrontan la vida. Gracias por ser mi familia, por ser mi madre, mi padre y mis hermanos, otra bendición de Dios permitirme tener la gran familia que tengo. 

Tercero algo que nunca me abandona, que borra mis tardes más tristes y las convierte en tardes de cielos azules, mi querido fútbol. Fue un año agridulce, con el club de mis amores en receso, una de las noticias más tristes que obtuve este año, pero compensada con una tremenda experiencia vivida en el sur de Chile, viviendo una de las experiencias más bonitas en mi vida como deportista amateur. Que más podría decir del futbol si me ha acompañado toda la vida y agradezco a Dios permitirme tantas sonrisas y felicidades a través de un balón de futbol. Y no me olvido, mi corazón siempre seguirá siendo azul y amarillo, un amor para toda la vida.

Y no podría finalizar este año sin agradecer a mis amigos, esos que cuento con los dedos de mi mano, aquellos de verdad que están en las buenas, pero aún más importante que están aún más en las malas, algunos de la vida y otros que se han ido fortaleciendo en un corto plazo y que han demostrado ser grandes personas, gente que admiro y que respeto, gente que se ganó el derecho a estar en mi vida y que me quiere con mis virtudes y defectos. 

También quiero agradecer a una persona en especial, porque fue mi gran apoyo académico, la persona que me dio una mano y me levantó, que me ayudó en momentos difíciles, que me motivó a seguir y que muchas veces cuido mis intereses universitarios aun privilegiando más los míos que los propios. La persona que me llamaba en las mañanas para que fuera a clases, que me retaba para que no faltara, que me incluía en trabajos, que me avisaba de pruebas, que me prestaba la materia, que me facilitaba su clave de sagaf y que incluso aceptaba mis irresponsabilidades que muchas veces repercutían en malas evaluaciones para ella (sé que a otra persona no se las hubiera soportado). Te lo agradezco mucho amiga, gracias por “bancarme” como lo hiciste, eres una gran amiga, te ganaste mi respeto no solo como compañera, si no como la tremenda mujer que eres, eres una persona de bien y eso lo valoro enormemente. Un gracias enorme Marce.

Por último, no puedo cerrar este escrito sin antes agradecer a tres personas. A ustedes tres que admiro a cada uno en forma especial, cada uno que dejó una huella en mí, en mi historia, en mis recuerdos y que estuvieron conmigo en cada momento porque me lo demostraron, les doy las gracias por protegerme y por cuidarme, son parte de cada uno de mis logros, un abrazo infinito al cielo, los llevo conmigo en mi corazón siempre.

Finalmente triunfé, no fue fácil pero lo logré. Me siento orgulloso de mí, de mi fuerza, de cómo afronté este año luchando por todas aquellas cosas por las que tanto me esfuerzo y a las cuales les entrego tanta energía. Se viene un nuevo año de vida y con la ayuda de Dios sé que estará lleno de cosas buenas, de más bendiciones, de más razones para seguir luchando y seguir triunfando.

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