| Sonría; lo estamos grabando. |

| CHANCES |

Una noche tuve una pesadilla, soñé que habían muchas cosas en estos 24 años que me habían hecho daño sin merecerlo, sin quererlo y muchas veces sin sentirlo, en esa pesadilla yo recordaba que todo dolor posterior venia muchas veces generado por un dolor previo, independiente del lado, del mio propio o del distante, lo cierto es que en esa pesadilla yo encontraba injusto el desenlace, quizás por que muchas veces merecí mas de lo que finalmente terminé obteniendo. En la pesadilla yo terminaba siempre comiendo el polvo, siempre en el ultimo acto del mejor show, era extraño, por que según mi sueño pesadilla, yo siempre entregue todo lo que estaba a mi alcance para que las cosas terminaran bien. Entonces mientras dormía e imaginaba, yo me llenaba de odio, hacia la vida, hacia Dios y su indiferencia, ante ese maldito pensar que las cosas buenas le ocurren a la gente mala, me llene de odio, de repugnancia a todo lo que hizo daño, no quise saber más de aquello y espere mucho tiempo mi revancha, mi nueva oportunidad, pero simplemente despertaba cada noche y esas oportunidades no se presentaban. Un día después de muchas pesadillas, me acosté pensando en que debía dejar de hacer lo que necesitaba y debía hacer lo que yo quería y con mi miedo a cuestas pero con la certeza de mi convicción me decidí a hacerlo y así me quedé dormido. Aquella noche no tuve pesadillas, las pesadillas terminaron y extrañamente en ese sueño se me presentaron todas las oportunidades que en aquellas noches nunca tuve. Entonces desde ese momento logré entender que las pesadillas son comunes y corrientes, que eso es lo normal, pero lo que no es común son los sueños y que la única manera de hacer un sueño realidad es haber vivido muchas pesadillas juntas para de esta manera y de forma efectiva saber aprovechar cuando el sueño se presenta en una noche cualquiera. Por supuesto que mis pesadillas eran reales y hoy vivo este sueño, claro que este sueño no es fantasía, es la vida misma y este texto no habla de nada más que de esas segundas oportunidades que tarde o temprano te presentará la vida. No arruines el sueño, no dejes que el sueño se convierta en una pesadilla, a veces no hay próxima vez, no hay segundas oportunidades, a veces es ahora o nunca.